En el post anterior ya estuvimos analizando cómo optimizar la factura eléctrica al contratar la potencia en función de la producción que su empresa prevea generar; no obstante, si quiere ahorrar y ser energéticamente eficiente, también debe prestar atención a la energía reactiva. Si su factura eléctrica es anormalmente alta puede ser que el sistema eléctrico de su instalación esté experimentando una sobre demanda de energía reactiva y que, por tanto, su factura incluya cargos extra por energía reactiva.
La energía reactiva, que se mide en KWArh (kilo voltio-amperio reactivo hora), es la demanda extra de energía necesaria para el funcionamiento de determinados aparatos que, como motores y transformadores, precisen de una bobina. Estos equipos eléctricos la absorben de la red para la generación de campos eléctricos y magnéticos pero luego la devuelven, de modo que aunque no se transforma en ningún tipo de trabajo útil, sí hay que generar y transportar esa energía hasta los equipos y supone, por tanto, un gasto adicional.
Además de provocar pérdidas de energía activa y de potencia útil en las instalaciones, la energía reactiva también es la responsable del sobrecalentamiento de los conductores eléctricos, las perturbaciones en la red eléctrica, y de la penalización que las distribuidoras eléctricas imponen a los usuarios finales. Dicha penalización viene determinada por el factor de potencia, que mide la eficiencia de su consumo eléctrico, y se aplica cuando se supera el 33% de la energía activa consumida. El precio por cada KVArh excedido viene definido actualmente en el RD1164/2001 y la Orden IET/1491/2013.
La eliminación de la energía reactiva se lleva a cabo a través de la instalación de una batería de condensadores o filtros armónicos que, además, produce una mejor circulación del flujo eléctrico y optimiza el rendimiento y la vida útil de la instalación. Para poder elegir la batería adecuada es imprescindible realizar un estudio detallado de las potencias máximas utilizadas y de la energía reactiva generada durante un período anual completo, para así conocer el patrón de consumo de la empresa en cuestión.
En definitiva, optimizar la factura eléctrica de su empresa es posible adecuando la potencia que tenga contratada a sus necesidades y eliminando su consumo de energía reactiva. De esta forma, además de ahorrar dinero y energía, estará disminuyendo el impacto medioambiental de sus actividades y ayudará a un mejor funcionamiento de la red eléctrica.