Mañana, además de San Valentín o el Día de los Enamorados, se celebra el Día Mundial de la Energía, una efeméride que, en cierto modo, también gira en torno al amor y al respeto que, en este caso, debemos sentir hacia nuestro planeta, y en este sentido, pretende promover el uso de energías renovables y concienciar sobre la importancia del ahorro energético.
Esta misma semana se ha conocido la hoja de ruta de la ‘Unión de la Energía’, un proyecto impulsado por la Comisión Europea con el objetivo de reforzar el gas en el mix energético para conseguir una economía más baja en carbono, proteger al consumidor al establecer una fiscalidad homogénea en todos los países miembro, apostar decididamente por la rehabilitación energética de los edificios, reducir la dependencia energética de la UE, ser número uno en renovables, y avanzar en la lucha contra el cambio climático.
La Unión Europea ha marcado como objetivo para el año 2020, que un 20 % de la energía usada sea renovable, aunque hay países como Dinamarca, por ejemplo, que ya genera el 40 % de su electricidad gracias al viento, batiendo así el récord mundial de producción de energía eólica.
También al otro lado del océano han entendido que el camino hacia el desarrollo y el ahorro energético pasa por las energías renovables. En este caso, cabe destacar la situación de Chile, que comenzó el 2013 con sólo 11 megavatios de energía solar fotovoltaica y en 2014 pasó a instalar 625 megavatios. Además, para este año se espera que la cifra se triplique con 2,1 gigavatios de fotovoltaica.
A pesar de este prolífico contexto de energías limpias, éstas no están pasando por su mejor momento en nuestro país. Con su polémica reforma eléctrica el gobierno recortó las primas que miles de familias debían recibir por sus inversiones en energía eólica y fotovoltaica, medida que también afectó a bancos y eléctricas extranjeras (Deutsche Bank, BNP Paribas, ABN Amro y la eléctrica alemana RWE, entre otros), incluso al emirato de Abu Dabi, y cuyas demandas ya están en la Corte Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi). A esto se le suma el reciente tirón de orejas de la Comisión Europea a España por saltarse la normativa en cuanto a la prioridad de despacho de las renovables en la red, ya que la reforma eléctrica condiciona esa prioridad a criterios puramente económicos.
Aún queda mucho por hacer y por eso, efemérides como la que celebramos mañana siguen siendo necesarias para concienciarnos sobre la importancia que tiene hacer un buen uso de la energía y hacernos ver que el verdadero cambio está en nuestras manos.